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Ferran Martínez lideró a un Joventut que dominó el partido
MIGUEL PANADES

BRUGUER JOVENTUT 77 – REAL MADRID 73

JOVENTUT
Mumbrú (0), Palmer (15), Jones (8), Ferran (26), López (12), Jofresa (13), Babkov (3), Murcia (0) s.c.
REAL MADRID
A.Angulo (11), Struelens (12), Djordjevic (15), L.Angulo (4), Scott (4), Galilea (4), Herreros (16), Mijáilov (2), Iturbe (5)

Arbitros: Betancor, Arteaga y García González
Incidencias: Pabellón Olímpico de Badalona: 7.744 espectadores.

Badalona
El Real Madrid llegó a Badalona con el punto de mira desviado y se encontró con la Penya más ambiciosa de la temporada. Cuando el equipo de Sergio Scariolo recuperó la puntería, ya era demasiado tarde.

El Madrid tuvo una puesta en escena muy cómoda, tanto que sus jugadores creyeron que la visita a Badalona iba a resultar un plácido paseo en un partido con más vocación ofensiva que defensiva. El 2-8 de los primeros minutos dio la sensación de que Bruguer Joventut se reencontraba con esos fantasmas del pasado que le paralizaban siempre que veían enfrente la camiseta blanca.

En esto, apareció ese genio llamado Raúl López, un tipo que no conoce viejas leyendas y que será futuro autor de 1.000 historias. Dos triples suyos cambiaron los ánimos de unos y de otros. La actitud defensiva local fue más adecuada a los tiempos modernos y el Real Madrid de Scariolo se atascó en un ataque con muchos cortes por la zona y muy poca puntería a la hora de definir.

Djordjevic asumió en la primera parte toda la responsabilidad ofensiva y los Albertos y Lucio Angulo se convirtieron en incómodos espectadores de un guión monopolizado por el serbio.

La Penya se había sorprendido incluso a sí misma. Ferran Martínez podía con los pivots blancos y Babkov y Jones, que no son grandes defensores, dejaban en cero puntos a los aleros del Real Madrid. 33-23 al descanso.

Djordjevic debía haber explicado ayer ciertos argumentos al joven base verdinegro. Raúl López, que en la pista adquiere toda la insolencia que no le acompaña fuera de ella, supo tener la virtud de hacer brillar al resto de compañeros. De su mano, Ferran Martínez y Palmer recibieron los mejores balones y el Bruguer Joventut se distanció en el marcador hasta un 40-29, en el minuto 27, que parecía determinante.

El Real Madrid siguió negado en ataque y vivió siempre a remolque de una Penya que encontraba en Ferran la solución a sus primeros problemas ofensivos.

Tan bien lo hacían sus pivots que Izquierdo, técnico verdinegro, no encontró el momento de darles descanso y, poco a poco, el desgaste fue pasando factura en ellos.

Ferran, que a lo largo de la temporada ha firmado buenas actuaciones, necesitaba completar un partidazo como el de ayer y ante un rival de la fama y el prestigio del Madrid. De vez en cuando, estos jugadores acostumbrados a anotar requieren dejar boquiabierto al personal para que la gente se dé cuenta de que existen. 26 puntos, 12 rebotes y 9 faltas recibidas fueron sus números.

Cuando el oxígeno empezó a faltar en el conjunto verdinegro, el Real Madrid supo aprovecharse de la inoportuna zona planteada por el entrenador del Joventut. Cinco de los seis triples que anotó el grupo de Scariolo los convirtió en los últimos tres minutos. Eso le permitió acercarse en el marcador sin demasiada opción de victoria y maquillar un resultado que debió ser más contundente para los intereses locales.