FERRAN MARTÏNEZ – 10/01/2005
Fueron varios los factores por los que el Ricoh dominó de manera tan clara al Winterthur Barcelona. Primero, la gran actuación de Albert Oliver, ejerciendo de auténtico director de juego de su equipo, contrariamente a lo que ocurría en el Barcelona, un equipo que parecía perdido y sin las ideas claras. Las constantes penetraciones de los jugadores locales obligaban al Barça a cerrarse, con lo que al sacar el balón fuera el equipo manresano conseguía buenos tiros de tres puntos.
La adecuada lectura del partido por parte de Oliver y Rafa Martínez propició buenas opciones ofensivas de Williams y Ricci cuando el Barcelona trató de presionar más a los jugadores exteriores del Ricoh. Ni la tercera falta de Ricci en la primera parte, que le mantuvo en el banquillo mucho tiempo, fue obstáculo para su equipo. Ricard Casas estuvo muy acertado en las rotaciones, manteniendo un elevado ritmo de juego, lo que contrastaba con el desconcierto de varios titulares del Barça, como Ilievski, Roger Grimau (0 puntos entre los dos), Espuña (que jugó sólo 7 minutos), o de Trias, que saltó a la pista en el tercer cuarto y estuvo sólo 6 en pista.
Otra de las claves estuvo en las defensas de uno y otro equipo. El Ricoh dio toda una lección, alternando defensas en zona 2-3 con la individual. El Barcelona también intentó romper al Ricoh con una zona 2-3 en algunos momentos, pero el acierto de los tiradores rivales lo hizo inútil. El gran porcentaje local en (13 de 26) fue determinante. A tres minutos del final el Winterthur intentó sorprender con una nueva zona 1-3-1, pero ya era tarde. La superioridad del Ricoh era evidente y mostró las carencias de este Barça.