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FERRAN MARTÍNEZ – 21/02/2005

El Unicaja se ha presentado en esta Copa en el mejor estado de forma de toda la temporada. La gran seriedad táctica de los de Scariolo, tanto en defensa como en ataque y la profundidad de banquillo, han sido factores determinantes: jugadores como Garbajosa, Bremer, Risacher y sobretodo Berni al final del partido han sido desequilibrantes.

Como en la mayoría de finales, el juego no ha sido especialmente fluido, con mucho movimiento de banquillo y un duelo de técnicos Maljkovic-Scariolo de lo más espectacular, en el que cada entrenador reaccionaba con rapidez a los movimientos del otro. Ambos equipos han demostrado poseer una dureza mental encomiable, con una gran concentración, pero Unicaja sabía que esta era su gran oportunidad y tuvo una selección de tiro perfecta con unos porcentajes de acierto increíbles, por encima del 80% en la primera mitad y un 65 % total.

Para empezar, Scariolo otorgó un papel protagonista a Bremer con el objetivo de forzar jugadas de uno contra uno a su defensor, Bullock, para desgastarle. Pese a empezar mal, esta confianza de su entrenador le permitió entrar en el partido hasta que comenzó a anotar triples y poner en aprietos al Real Madrid. Cada uno de los jugadores del Unicaja sabía perfectamente lo que su entrenador esperaba de ellos y cuál era el planteamiento del partido. Utilizando situaciones de ventaja con Risacher jugando de espaldas a canasta cerca de la zona contra un jugador más pequeño como Sonko, el Unicaja abrió una brecha de puntos importante al inicio, y con las posteriores rotaciones de jugadores como Herrmann (no pudo destacar como en los anteriores partidos pero fue una amenaza constante), no bajó la intensidad del equipo malagueño.

Con un estilo de juego tan definido como el del Real Madrid, que basa todo su potencial en la línea exterior con Bullock como ejecutor final en la mayoría de jugadas ofensivas, la defensa del Unicaja fue muy buena. Todos los jugadores estuvieron pendientes de las ayudas al defensor de Bullock, incluso con defensas de dos contra uno a la salida de los bloqueos directos, y una rotación muy estudiada por el resto del equipo. Los pivots del Madrid, como es habitual durante toda la temporada, tuvieron un papel secundario en ataque, pero por con su potencial en el rebote ofensivo crearon segundas opciones.

Pese a todo, la carta de Maljkovic en defensa, con una zona dos tres alternando con individual, permitió a su equipo ponerse muy cerca del marcador. Pero la ventaja psicológica era para Unicaja. Al final ganó el mejor equipo de la Copa del Rey, que estuvo muy fresco en esta final gracias a las rotaciones de su entrenador y a la calidad de su plantilla, con Garbajosa confirmándose como el fichaje determinante de la temporada ante un Madrid cansado en el que todo gira alrededor de Bullock, el mejor de Europa en su puesto, pero poco respaldado por el resto de un equipo construido para jugar a un ritmo trepidante pero débil bajo el aro.