FERRAN MARTÍNEZ – 26/09/2005
La actuación de la selección no puede tener una evaluación positiva en cuanto a juego, pese a haber cumplido con el objetivo inicial: la clasificación para el Mundial. El equipo empezó muy bien el torneo, pero fue a menos y terminó muy tocado tras de la derrota en semifinales. A veces no es fácil salir a jugar con la mentalidad adecuada, pese a que estoy seguro de que la concentración de los jugadores era máxima. Tras el partido de cuartos ante Croacia dieron la sensación de poder superar cualquier situación, por la fe en la victoria y la capacidad de sufrimiento, pero después se acabó la gasolina y dieron síntomas de cansancio y falta de ideas.
Sin un Calderón ejerciendo de motor del equipo a su mejor nivel, faltó la chispa necesaria y Francia les barrió de la pista por poderío físico y mentalidad. Menos contra Serbia en el debut, nunca fueron capaces de encontrar el ritmo del partido, que debía basarse en el contraataque. No fueron realmente peligrosos contra las defensas organizadas, como las de Croacia o Alemania, o la de la física selección francesa. Sólo existió la opción Navarro en el uno contra uno, Garbajosa jugando desde fuera hacia dentro o Fran Vázquez saliendo desde el banquillo cuando era el único interior de verdad. Jiménez ha estado desquiciado en este torneo y la selección no tiene aleros de más de dos metros en su posición. Podían haberse probado otras soluciones, como Iturbe, casi inédito, o jugar con tres pequeños con Vidal o Rudy Fernández durante más minutos. Otra de las claves ha sido la defensa del perímetro, con recuperaciones muy lentas. Había demasiada obsesión en cerrar líneas cuando entraba el balón en la zona, y tanto Alemania como Francia, que habían estudiado muy bien a España, rotaban el balón con velocidad y sin botes para acabar con un tiro de tres muy cómodo. Veinticuatro triples encajados con muy buenos porcentajes en los dos últimos partidos lo demuestran.
Los jugadores lo han dado todo y han levantado expectación como demuestran las audiencias televisivas, pero al final no han superado la decepción de caer contra Notwinzki y su selección. Ahora toca cambiar el chip, recuperar a los internacionales y empezar a disfrutar en la ACB