FERRAN MARTÍNEZ – 28/04/2006
Esta semifinal llega en un buen momento para el Winterthur Barcelona, pero la cuestión es saber cómo la afrontarán los hombres de Ivanovic contra un equipo al que no se han enfrentado esta temporada, aunque sí han estudiado en vídeo todas las jugadas que generan tanto Holden o Papalukas (con sus dos metros de altura). Estos dos jugadores absorben la mayor parte del juego de ataque y crean espacios para los tiradores (Langdon o Vanterpool), y marcan el tempo del partido en función de las necesidades de su equipo. La manera de frenarles cuando deciden abrir el ataque y llamar a un grande para jugar el uno contra uno tras recibir un bloqueo directo será una de las claves, aunque este sistema se parece mucho al estilo del Barcelona, que hace lo mismo con Navarro y Williams.
Los dos equipos tienen en las posiciones exteriores su arsenal ofensivo. Sin el lesionado Andersen, el CSKA es más asequible. Quizás la diferencia está en la intimidación de hombres interiores, mucho más grandes y toscos los rusos (Savrasenko o Van Den Spiegel superan los 2,14m), por lo que Marconato tendrá doble trabajo. Por el contrario, tanto Fucka como Trias o Kakiuzis pueden llegar los primeros al contraataque, igual que Smodis, que juega dentro y fuera, y para mí es el hombre clave del CSKA.
Un factor a favor de los azulgrana es que esta vez están liberados de la presión de no haber ganado nunca, al contrario que el CSKA, y varios de los actuales jugadores del Barça, Ivanovic o el mismo Savic ya lo han sido, por lo que estoy seguro de que el equipo que controle mejor el ritmo del encuentro y pierda menos balones tendrá más opciones de pasar a la final.
En todas las final four en las que he participado (dos con el Barcelona y dos con el Joventut), recuerdo que todos los entrenadores incidían sobre temas como la concentración, el no forzar situaciones o controlar las perdidas de balón. Ivanovic y Messina también hacen referencia a lo mismo, ya que a estas alturas de temporada, los jugadores con más carácter y seguridad en sí mismos son los que en partidos de máxima tensión saben responder.
Aunque los que ganan los partidos son los jugadores, será muy interesante ver los planteamientos tácticos de entrenadores de estilos tan diferentes pero de marcada personalidad: por ejemplo, a Ivanovic le gusta indicar a su base cada jugada antes del inicio del ataque, cosa que también hace Obradovic, quizás porque han sido jugadores y aún conservan esta mentalidad. Viven el partido como si lo estuvieran jugando y son muy temperamentales a la hora de mover el banquillo.
Messina, por el contrario, es más frío en la dirección de partido y suele tener muchas variantes tácticas, especialmente en defensa (utiliza tanto hombre como zona, el Barcelona sólo ha hecho en individual hasta ahora). Su equipo sólo encaja 66,7 puntos por partido y ha perdido únicamente cinco. Pese a todo, no creo que vaya a haber grandes novedades tácticas, pero sí una intensidad defensiva muy elevada, por lo que el control de las faltas personales y la actividad en las ayudas y recuperaciones serán determinantes.
En Tel Aviv´94, donde ganamos la Euroliga con el Joventut, Obradovic logró crear la suficiente mentalidad y capacidad de concentración antes de jugar la final al abstraernos de la presión que cada jugador se pone encima inconscientemente, y lo hizo llevándonos toda la mañana del partido decisivo a pasear por un zoo durante más de tres horas en vez de estar encerrados en el hotel pensando en el encuentro. No creo que Dusko Ivanovic haga algo similar, pero sin duda en una semifinal de Euroliga, quien controle mejor sus nervios y mantenga una gran concentración durante los cuarenta minutos de partido será el que juegue el domingo la gran final.