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EL EFECTO LANCE AMSTRONG
El regreso de Lance Amstrong al ciclismo profesional tras su retirada en el 2005 ha sido una de las noticias deportivas más sorprendentes del año. Ha conseguido de nuevo ser centro de atención con solo anunciar que desea volver a competir, captando y canalizando este poder mediático que tiene para transmitir el mensaje de su fundación LIVESTRONG (nacida el año 1997), dedicada a informar para prevenir el cáncer a través de buenos hábitos de vida, y así inspirar y unir a las personas que sufren esta enfermedad y que saben que es posible salir adelante con su ejemplo. Con 37 años, ha confirmado su participación en el próximo Giro de Italia, lo cual otorga a los organizadores de la ronda Italiana un golpe de efecto inesperado subiendo mucho su cotización mediática en el año de su centenario. Disciplinado y meticuloso al máximo, ha seguido entrenando fuerte para enfrentarse a este nuevo reto. Estuvo en Francia este año analizando minuciosamente la última carrera francesa brillantemente ganada por Contador, para evaluar sus posibilidades de volver con posibilidades de éxito. Si lo hace es que se ve capaz de ganar el Giro, ya que su carácter no le permite otra cosa que no sea competir para ganar, pero más allá de si lo consigue o no, resulta admirable la percepción que transmite de que si quieres con todas tus fuerzas, puedes tener éxito en todo lo que te propongas. Él fenómeno americano venció un cáncer y después siguió cosechando éxitos. Y cuantos más detractores tenia, acusándole de dopaje (sobre todo desde Francia) más bocas cerraba y más grande se hacía su leyenda. Seguro que ahora volverán a surgir las mismas acusaciones desde algunos medios de comunicación, que por cierto, han sido posteriormente retiradas cuando Lance ha acudido a la justicia. Hoy dice que estamos ante la generación de ciclistas más “limpios” de todos los tiempos, cosa de la que estoy convencido ya que cada vez quedan más aislados los “tramposos” gracias a las tecnologías utilizadas para la detección de sustancias dopantes en los ciclistas. Su decisión de volver ayudará a que se tome más conciencia sobre la enfermedad que sufrió y venció y seguro que tendrá mucha más repercusión que cualquier campaña publicitaria con el mismo objetivo. Su vuelta disparará nuevamente la atención mundial por el ciclismo, como en su día la tuvo la NBA tras la vuelta de otro mito de su misma talla, Michael Jordan, que abandonó la liga profesional para incorporarse a la de Beisbol sin demasiado éxito. Su regreso provocó un aumento de las audiencias televisivas, bastante maltrechas tras la marcha del último gran ídolo después de Magic Jonhson o Larry Bird y equilibró de nuevo la posición de la liga profesional americana (NBA) con la NFL (fútbol americano). Lo que está claro es que el ciclismo saldrá ganando, lo que comportará un aumento en los presupuestos de los equipos gracias a que los patrocinadores verán en este regreso un mensaje positivo, alejado afortunadamente de los escándalos de dopaje que tanto daño han hecho a este deporte.
