La grandeza de un humilde
FERRAN MARTÍNEZ – 16/02/2004
El Ricoh Manresa ha mantenido siempre su identidad y ha sido fiel a sus principios. Me he enfrentado al Manresa en muchas ocasiones y en diferentes etapas, y siempre han sido equipos, pese a no ser un club de los más potentes económicamente, con un gran juego de conjunto formado por mucha gente de casa y muy difíciles de batir por su carácter.
En mis primeros años en la ACB con el Barça, recuerdo nuestros enfrentamientos en la vieja cancha de El Congost, que era una auténtica ratonera y donde la presión era muy grande. Eran partidos de gran rivalidad y el público estaba muy encima de los jugadores. La entrada a los vestuarios estaba protegida por una especie de jaula a modo de protección y éstos eran pequeñísimos, por no hablar del fuerte frío que hacía en invierno. Los entrenamientos previos al partido los hacíamos muchas veces con un chándal encima de otro y el calentamiento del partido, con guantes.
A pesar de ser un club modesto, por Manresa pasaron hombres como el mítico ex NBA George Gervin, el Panameño Rolando Frazer, Mayes y también ex compañeros míos del Barcelona como Miquel Tarín, De la Cruz, Palacios, Kenny Simpson…
Otro recuerdo no muy positivo para nosotros fue la final de la Copa del Rey de Murcia en 1996. Nosotros éramos claros favoritos para ser campeones y nos enfrentamos en la final al conjunto manresano. Teníamos un gran equipo con Karnisovas, Goodfread, Bosch, Jiménez, Galilea, Middleton… pero perdimos en la prórroga ante un gran conjunto liderado por Chichi Creus, el MVP del torneo, que nos “clavó” un triple desde la esquina a pocos segundos del final cuando ganábamos por un punto. La Copa del Rey conseguida por el Manresa significaría el inicio de unos años de éxitos que culminarían con la Liga ACB de 1998, y cambió la historia del club.
En aquella época yo estaba jugando en el Panathinaikos de Atenas, y me sorprendió mucho que se hicieran con el título ante el Tau eliminando previamente al Estudiantes y al Real Madrid con el factor campo en contra. Cuando viajaron la temporada siguiente a Atenas para enfrentarse al Panathinaikos en partido de la Liga Europea coincidí con ellos en el hotel de concentración (yo jugaba entonces en el Peristeri), y estuve hablando con Chichi sobre cómo jugarle a mi ex equipo, el Panathinaikos, al que conocía bien, y el ambiente que se encontrarían en el estadio de OAKA.
Pero la grandeza de un club humilde como el Manresa se demostró cuando, tras bajar a la LEB la temporada 2000 dos años después de ganar la liga ACB, fue capaz de recuperarse y volver a la máxima categoría, y ahora está luchando con los mejores equipos por las primeras posiciones, y cumplir 1.000 partidos.
Felicidades.