La fiesta fue completa. Unos 7.000 aficionados participaron en la diada del básquet catalán en el Blaugrana, cerrada con la victoria ante Lituania por 92-79.
Era un día para agitar banderas, para reivindicar a un equipo que ilusiona y para desatar las emociones. Desde el palco lo vivieron, entre otros, el conseller de Universitats, Carles Solà, el líder de Esquerra Josep Lluís Carod-Rovira y Rafel Niubò, secretario general del Esport. Ferran Martínez, el histórico pívot catalán (156 veces internacional absoluto), que tuvo que retirarse por una grave lesión de rodilla sufrida en el calentamiento del Catalunya-Croacia del 2002 en el Sant Jordi, recibió un merecido homenaje que puso en pie a todo el Palau Blaugrana en reconocimiento por su exitosa trayectoria como jugador en los mejores equipos Europeos como el F.C. Barcelona, Joventut y Panathinaikos de Atenas triunfando en todos ellos y consiguiendo más de 20 títulos.
Catalunya se hizo con el partido en el primer cuarto gracias a un parcial de 14-0 y la sobresaliente actuación de Sergi Vidal (10 puntos en esos 10 minutos), que dispararon su ventaja hasta un 31-17. Luego su rendimiento bajó, pero controló con suficiencia a un rival en el que destacó Jasaitis, un tirador de lujo. El campeón de Europa presentó a su segundo equipo y acusó las bajas de Jasikevicius, Macijauskas, Stombergas y los hermanos Zukauskas.
El ritmo del partido, lógicamente, fue irregular, pero no faltaron las acciones espectaculares. Pau Gasol, por ejemplo, protagonizó un mate excelente tras un pase elevado de Grimau. La estrella de los Grizzlies jugó durante los dos primeros cuartos un total de 9.46 minutos. Ése era el pacto, ya que lleva unos dos meses sin pisar una pista y no era caso de agravar las molestias en un pie que tuvo a final de temporada en Menfis, o de sufrir otra lesión por la larga inactividad.