El pasado sábado Trikala (Grecia) acogió el partido entre los veteranos de baloncesto de la Selección Griega y del F.C. Barcelona. Gracias al Gobierno de la región de Tesalia, y una vez más, a Efthimios Rentzias, miembro de la Concejalía de Deportes de Trikala, tuvimos la oportunidad de volver a vivir otro duelo apasionante. Fueron en torno a 2000 personas las que presenciaron el partido y disfrutaron del espectáculo que ofrecieron ambos equipos desde el primer minuto.En esta ocasión los estrenos marcaron el encuentro destacando especialmente la participación de una leyenda de los banquillos como es Aito García Reneses, que dirigió al equipo blaugrana durante nada más y menos que 15 años, trece como entrenador y dos como General Manager. A sus espaldas 9 títulos de Liga ACB, 4 Copas del Rey y 1 Copa Príncipe… sobran los comentarios… Otra de las novedades fue que el equipo lució en sus camisetas a el nuevo patrocinador principal, Regal Seguros, que junto con la ya habitual colaboración de los últimos años de Nacex harán posible que la Asociación d’ Antics Jugadors del Barça de Basquet pueda llevar a cabo más iniciativas y siga difundiendo los valores del F.C. Barcelona y del deporte tanto por el territorio nacional como más allá de sus fronteras. Un largo viaje en autobús desde Atenas, donde pisamos tierras helenas por primera vez, hasta Trikala al noroeste del país no fue obstáculo alguno para que el siempre buen ambiente reinante y las bromas sirvieran de telón de fondo a esta nueva aventura. Como viene siendo costumbre en este tipo de viajes, las familias se sumaron a la expedición, contando esta vez incluso con la presencia de los más jóvenes como Paula Heredero o el incansable Joan Tamames, hijos de Ángel Heredero y Berni Tamames respectivamente, alegrándonos todavía más si cabe los 4 días que pudimos compartir juntos. La visita dedicó también parte de su tiempo a la cultura. Meteora nos maravilló con esas majestuosas rocas coronadas por 21 monasterios de los que lamentablemente sólo se conservan 6. Las monjas de uno de ellos, el de Agios Stefanos, nos brindaron toda su hospitalidad dando muestra de que el respeto por el baloncesto, el deporte y el Barça van más allá de las pistas de basket. Giorgos Sigalas, Efthimios Rentzias y Giorgos Limmiatis nos acompañaron en todo momento en la visita ejerciendo de anfitriones de lujo. Como parte igualmente de ese componente cultural del viaje nos entregamos por completo a la gastronomía local, más de lo debido por cierto, pudiendo disfrutar de las exquisiteces de la región en las tan típicas tabernas griegas. El resultado fue el más firme propósito de más de uno de nosotros a comenzar una dieta en la semana venidera.
Uno de los momentos que seguramente más disfrutamos fueron esas conversaciones en torno a la mesa, casi siempre con el baloncesto como tema estrella. Tantas experiencias y tanta sabiduría junta eran una tentación demasiado grande como para no sumergirse en ella por completo. Tras el partido en la cena de gala, Quique Andreu nos sorprendió a todos, todavía no sabemos si más a los griegos o a nosotros, cogiendo el micrófono y cantando una canción griega acompañado por la orquesta que amenizaba la velada. Memorable !!!! En lo que al partido se refiere fue muy disputado, con alternancias en el marcador a lo largo de los 40 minutos. Krisantopoulos se mostró letal en el comienzo del partido. En contrapartida el Barça bombardeaba la canasta del rival desde más allá de la línea de tres puntos con Esteller o Galilea especialmente acertados en esa faceta. En el segundo tiempo el equipo heleno se mostraba con un gran potencial interior con Rentzias y Ianoulis como principales baluartes. Los blaugrana forzaron su maquinaria defensiva neutralizando la amenaza de sus pivots con constantes dos contra uno en el poste bajo así como con sus pertinentes rotaciones defensivas. Esto les permitió provocar errores en el equipo rival, pudiendo salir al contraataque una y otra vez. Juan Montes y Salva Díez asistieron a la perfección a sus compañeros para convertir todas esas oportunidades en canastas fáciles. Por último un espectacular mate en contraataque de Ferrán Martínez en la acción previa, que seguramente su maltrecho pie recuerde a lo largo de la semana, y un triple en el último segundo de Salva Díez pusieron el broche de oro a un gran encuentro que se acabó decantando del lado blaugrana. Nos llevamos grandes recuerdos, nuevos amigos, la promesa de un nuevo partido para el próximo año en Salónica, y como no, esa imagen del templo del Partenon de Atenas que nunca nos deja de impresionar por más veces que la volvamos a ver.