Diario Expansión: “Las cuentas del fútbol”

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LAS CUENTAS DEL FÚTBOL

La semana pasada mi buen amigo y reputado profesor José Maria Gay de Liébana presentó un informe sobre la situación de los clubes españoles basado en la información financiera depositada en el registro mercantil. Un estudio en el que se diseccionan las cuentas de los clubes con un alto grado de detalle, y que no debería pasar desapercibido. Las conclusiones no pueden ser más rotundas: la situación de muchos de ellos es semejante a la estructura de muchas empresas inmobiliarias, cuya suma arroja un endeudamiento cifrado en 2779,5 millones de euros. Lógicamente, este endeudamiento viene, en su mayor parte, a los fichajes (1332 millones de euros). Técnicamente, la mayoría de clubes se hayan al borde de la insolvencia o la suspensión de pagos, adoleciendo de una alarmante falta de capitalización. Los clubes que soportan una mayor deuda son el Real Madrid por encima de los 500 millones de euros, seguido por el Atlético de Madrid y el F. C. Barcelona. El profesor Gay de Liébana, afirma que por lo menos, un porcentaje superior al 30% de los clubes se encuentran en situación de quiebra, o sea, que sus activos son inferiores a sus pasivos exigibles no estando en posición de liquidar las deudas comprometidas. La principal fuente de ingresos proviene de las televisiones (445 millones de euros) y por el marketing y venta de la publicidad (333,4 millones de euros), y más del 50% del total de los ingresos van a parar a los dos grandes Real Madrid y F. C. Barcelona. El llamado deporte nacional ya soporta, históricamente, una deuda que en estos momentos de crisis puede llevar a la desaparición de muchos clubes, con lo que el problema ya no sería solo económico, sino social.
La recesión en la que estamos inmersos se llevará por delante muchas empresas Españolas, ¿por qué no habría que pasar lo mismo con las sociedades anónimas deportivas en su misma situación? Los organismos reguladores del fútbol profesional deberían reflexionar sobre nuestro modelo en España ejerciendo un mayor control sobre la situación financiera de sus asociados. Algunas ligas, como la ACB de baloncesto, tienen una estructura más moderna, aunque con otros problemas y el ejemplo de la NFL o NBA, con su sistema de franquicias, no es aplicable aquí. Ojalá lo fuera, porque el tope salarial y los convenios colectivos entre el equipo y los jugadores fija el porcentaje del presupuesto va a sus estrellas en concepto de salarios (un 50% aproximadamente). El resto es patrimonio de la franquicia, lo que hace sostenible el modelo al no poder estirar más el brazo que la manga. El sistema de elección de “draft” garantiza la igualdad, con lo que la competición no se resiente. Es un modelo de negocio diferente, ya que nuestra mentalidad es distinta. Aquí no vemos el deporte como un espectáculo familiar para pasar toda la tarde en el estadio disfrutando de otras actividades paralelas a los partidos, aunque el fútbol consigue que nos olvidemos durante unos días de las preocupaciones cotidianas, y más en estos tiempos.

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