FERRAN MARTÍNEZ – 05/06/2004
Esta final se presenta como una guerra de estilos muy diferentes. La disciplina y control del juego del Barça (escuela yugoslava) contra el desparpajo y la frescura del Adecco Estudiantes. Los colegiales han exhibido ante el Tau gran variedad de recursos defensivos, como las defensas en zona (2-3 y mixta de caja y 1) alternando con la individual, y sus armas habituales como el contraataque y una gran confianza en sus fuerzas.
Será clave para el Barça tratar de imponer el ritmo y dominar ambos tableros, donde la polivalencia de hombres como Jasen y Jiménez en la posición de “3” puede hacer mucho daño en el rebote ofensivo y en los cortes en la zona. Las rotaciones defensivas y el balance defensivo serán determinantes.
Otro de los peligros del Estudiantes es la movilidad de sus hombres grandes, como Felipe Reyes y Patterson, más rápidos que Dueñas y Femerling, y la facilidad de Iturbe para lanzar triples abriendo las defensas rivales. Ante esto sería bueno un mayor protagonismo ofensivo de los pívots azulgrana, superiores físicamente, para cargar a aquellos de faltas y desequilibrar en la pintura.
Loncar ha sido el hombre más importante de los colegiales hasta ahora, por la facilidad anotadora que está mostrando en un equipo que ha superado los 90 puntos en cuatro de los nueve últimos partidos y tiene el récord de victorias a domicilio: cuatro en cinco partidos disputados fuera. La clase de Azofra y las rachas de Brewer serán un peligro constante para un Barcelona que ha estado más de una semana sin jugar.
Con todos estos condicionantes, el equipo azulgrana deberá ser fiel a su estilo. A pesar de todo, su experiencia (el Barça ha disputado nueve de las once últimas finales de la liga ACB), la mentalidad ganadora y la calidad de la plantilla hacen que parta como favorito en una final que se prevé espectacular.